La frase que dio título a este artículo se escuchó en el estadio de La Cartuja antes del inicio del partido España-Polonia. Los aficionados de España ven esta Selección como si fuera Sub 21, un grupo con mucho que ofrecer pero sin la experiencia necesaria para competir al más alto nivel. Los fanáticos estaban desesperados por ver a los jugadores calentarse en la banda porque no los reconocieron, y cuando ocurrió el cambio, la imagen en las gradas era de auténtica confusión. La mayoría de la afición española no conoció del todo a los jugadores de la Selección, algo que nunca ha sucedido en la historia.
El tiempo dirá si Luis Enrique tiene razón, como muchos creemos, porque era absolutamente necesario cambiar de plantilla. Con la ‘vaca santa’ y los futbolistas veteranos encogiéndose, España cayó sobre Francia y Rusia, tras los cambios provocados por la prematura eliminación de la generación dorada en Brasil. El tiempo dirá si esta Copa de Europa es una semilla como la de Alemania 2006, imposible de comparar con la reserva irrepetible de futbolistas inmortales.
La fuerza de Luis Enrique es total
Como hemos explicado en varios Sanedrines El Larguero, su liderazgo se diferencia del de Luis Aragonés o Vicente Del Bosque, por poner dos ejemplos. Lus Enrique realmente quiere controlar todo lo que sucede, el mensaje y el telón de fondo, convenciendo a los niños de que sus ideas sobre el juego los convertirán en mejores futbolistas. Algunos estuvieron allí, no porque hayan tenido un gran año, sino porque les gustó el gusto personal del entrenador, y eso le debía una deuda de gratitud. Los veteranos con roles secundarios como Thiago o Azpilicueta tienen mucho valor, siendo relegados al banquillo tras ganar de forma destacada las dos últimas ligas de campeones.
Hablamos de la opción no-pull, que no vende entradas en Sevilla ni llama la atención del público futbolístico, cuya presencia destaca por la ausencia de palco en La Cartuja. Morata y otros 10 tienen la clave para cambiar esta peligrosa tendencia.
